Las pieles de
animales se han manipulado durante miles de años y muchos de sus procesos de
curtido y producción tienen efectos perjudiciales sobre el medio ambiente,
tanto para las personas que están involucradas como por el bienestar de los animales,
cuenta Carmen Hijosa, creadora de Piñatex. No sabe si algún día se dejará
de trabajar con los animales en la moda completamente, pero asegura
que "es emocionante y alentador ver la investigación en alternativas
más sostenibles que podrían proporcionar mejores opciones en el futuro".
Un futuro que pasa
por el tejido de piña que no es ninguna moda pasajera. Se comenzó a
confeccionar en el siglo XVI en Filipinas, cuando el archipiélago
pertenecía al Imperio Español. Este material que comenzaron a elaborar con las
hojas de esta fruta pasó a convertirse en objeto de lujo que se
utilizaba, sobre todo, para complementos de mujer. Una antigua
tradición que ha vuelto a ponerse de moda desde los años 90.
La inspiración
para utilizar la fibra de la hoja vegetal proviene del delicado tejido
tradicional filipino, pero la innovación para darle la vuelta y convertirlo en
un textil robusto comercialmente viable tomó años de investigación y
desarrollo: “Las fibras crudas se extraen de las hojas de la piña, son el
producto de deshecho de la cosecha de la fruta, que se convierten
en una malla no tejida. Con ella, se lleva a cabo un proceso de
acabamiento para convertirlo en tejido”, explican desde Piñatex, sin poder
revelar el proceso exacto para conseguir el producto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario